En el cierre de agosto de 2018, Rodrigo Gerhardt emprendió viaje a Europa. En Valencia, el bahiense vivió una experiencia única que le permitió jugar, cultivar amistades, trabajar y ser entrenador. Todo se combinó en exactamente 9 meses que nunca olvidará. “Vuelvo a Bahía transformado en ese sentido porque vivir en otros lugares modifica la manera de ser”, anticipó.
“Si bien, en lo basquetbolístico, tuve una lesión importante que no me dejó jugar gran parte de la temporada, a nivel global me parece que fue una gran experiencia”, comienza Rodri sobre el balance de lo vivido.
Gerhardt fue medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014 y recientemente medalla de oro con FeDUA. Continúa rompiendo barreras del ámbito nacional, combinando lo intelectual y deportivo. Por eso, accedió a esta posibilidad fuera del país. “Lo que yo buscaba era una experiencia distinta y creo que la conseguí. Pude ver todo de otra manera, entendí cómo funciona la cabeza de las personas que no son argentinas y cómo ven las cosas desde otra perspectiva, quizás problemas o situaciones que nosotros también tenemos, y cómo las resuelven. Me ayudó muchísimo el poder vivirlo y ver que hay diferentes maneras de solucionar, plantear y llevar a cabo las cosas”.
LA EXPERIENCIA LABORAL
Valencia Basket fue su casa para llevar a cabo sus pasantías, gracias a la carrera de grado que estudia el bahiense (marketing). Además de la experiencia laboral, Rodrigo valoró muchísimo la oportunidad de estar en contacto con muchas personas: “me permitió conocer grandes personas y cultivar grandes amigos. Intercambiar el día a día con otras culturas abre muchísimo la cabeza”.
Su experiencia laboral no fue solo relacionada a su carrera, sino que Gerhardt ejerció, al igual que hace tres años en Cantabria, como entrenador de mini-básquet: “tenía ganas de repetir esto. Se aprende muchísimo de los nenes y la sencillez con la que ven todo. Me encariñé mucho con ellos y los voy a extrañar por todo lo que me hacían divertir en los entrenamientos”.
SUS MOMENTOS DE DESCANSO
Rodri también tuvo sus momentos de desconexión y los encontró en un espacio particular. Para los que siguieron su experiencia en su cuenta de Instagram, era normal encontrarlo con un termo, un mate, frutas y libros, en la costa valenciana. Gerhardt encontró, ahí, su cable a tierra: “me gusta mucho la playa incluso en invierno, y el poder ir y tomar mates era mi rato de conectar con casa, estando muy lejos de ella. Realmente lo disfrutaba muchísimo y era un momento propio. Me despertaba temprano los fines de semana solo por eso”.
Por naturaleza, hace años que las experiencias en Europa siempre están por encima de las expectativas. Por lo que ofrece el continente y lo que lo diferencia de América del Sur. “La relajación que uno tiene en su rutina diaria, gracias al orden y a la organización que hay en todo, es marcadamente mayor. Ojalá todos pudiéramos vivir con la tranquilidad que se vive en lugares como Valencia.
En cuanto a las pasantías de marketing que pude realizar, cómo se lleva un torneo y todo lo que se maneja en una organización para realizar las cosas, es inexplicable. El trabajo que conlleva un torneo de 10 equipos de Cadetes, en un fin de semana, es increíble. Se prepara con meses de anticipación y se involucra mucha gente”.
Rodrigo Gerhardt cerró su paso por España de la misma manera que lo comenzó, con un tinte positivo y la ilusión de volver a experimentar fuera de Argentina: “al final de cuentas fue todo muy bueno. Espero que, si tengo la oportunidad de volver, pueda jugar la temporada completa.
Estoy muy contento y con ganas de repetir una experiencia de esta magnitud”.