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Fuimos historia: el sello de Hernán Montenegro

Si hablamos de historia, es imposible dejar de lado uno de los personajes célebres de la memoria del básquetbol bahiense: Hernán Montenegro. Personaje tanto por su habilidad dentro de la cancha (quizás uno de los mejores que vio el baloncesto argentino en su posición) como también por su singular comportamiento fuera.

Nació en Bahía Blanca un 10 de agosto de 1966. Debutó en primera a los 13 años con la camiseta de Leandro N. Alem. Fue parte de seleccionados argentinos juveniles desde los 15. Llegó a Europa (España, Zaragoza) con tan sólo 17. Selección Argentina de mayores con 19. Subcampeón de Liga Nacional con Olimpo a los 20 (1986). Y elegido en el Draft de la NBA de 1988 (21 años) en el puesto 57 de la tercera ronda por Philadelphia Sixers (a pesar de no haber llegado a jugar).

Ala-pivote atlético de 2.08 metros, Montenegro marcó época por su versatilidad y flexibilidad, características no muy común en ese entonces en el básquetbol doméstico. A su facilidad para desplegar sus artes, merced a su importante porte físico, le sumó una cuota de inteligencia y viveza para entender los momentos clave de los partidos. Además, el Loco tenía una particular forma de sentir el básquetbol: era un “showman”, un deportista único por el cual el público pagaba una entrada sólo para tenerlo cerca. Un imán capaz de contagiarlo todo. Un talento pocas veces visto en el país.

En el torneo local bahiense vistió la camiseta de Leandro Alem y Villa Mitre en sus primeros años. Luego de su paso como juvenil en España, debutó en la Liga Nacional de 1986 con Olimpo y en 1987 jugó la fase regular para Unión de Santa Fe, pero retornó al aurinegro para disputar los playoffs.

Fue reclutado por los Gigantes de Carolina de Puerto Rico y sin demasiados partidos disputados, su representante lo ubicó en la Universidad Estatal de Louisiana, en la liga NCAA estadounidense. Allí fue visto para el ya mencionado Draft de 1988. Por diferencias entre lo pedido por su representante y la franquicia, no logró firmar contrato a pesar de también haber recibido ofertas de diez clubes, algo que el mismo Hernán reconoció tiempo después.

En 1989 retornó al viejo continente y fichó para el Annabella Pavia, equipo que militaba la segunda categoría del básquetbol italiano. Allí jugó 43 partidos entre 1989 y 1990, promediando 20 puntos y 10 rebotes.

Su retorno al país fue prematuro. En 1990 regresó a la ciudad, esta vez a Estudiantes, para disputar la Liga Nacional. Ese Montenegro tal vez fue uno de los mejores que se pudo ver. Conformaba un equipo repleto de figuras entre las que figuraban el célebre Juan Alberto Espil, entre otros notables de aquellos años. El Albo obtuvo el paso a la final tras vencer a Sport Club de Cañada de Gómez con un doble de Montenegro en el último segundo, que recorrió -y recorre- las distintas plataformas de comunicación desde aquel entonces hasta hoy. En la final, Estudiantes perdió ante GEPU (Gimnasia y Esgrima de Pedernera Unidos) en seis juegos.

Luego, Montenegro pasó por otros clubes del país, tanto de Liga Nacional como TNA (hoy Liga Argentina): Gimnasia de Comodoro 93-94 (mejor jugador de la fase regular), Deportivo Valle Inferior (TNA), Independiente de General Pico, Peñarol de Mar del Plata. Además, en el exterior, jugó en las ligas de Venezuela, Uruguay y Chile.

Su apodo surge con la camiseta de la Selección Argentina en el Preolimpico de Portland en el año 92. En un plantel plagado de figuras entre las que destacaban Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Espil, Esteban De La Fuente, Esteban Pérez, Luis Villar, Miguel Cortijo y Rubén Scolari, Montenegro se dio el gusto de hacer de las suyas. En el partido ante el célebre Dream Team de Estados Unidos, comandado por Michael Jordan, sumado a Magic Johnson, Charles Barkley, Larry Bird y una histórica camada estadounidense, Hernán se hizo dibujar en su cabeza el número 22 (significa el loco en la jerga argentina). Aquella noche volvió locos, justamente, a David Robinson y Pat Ewing. Dicho por el propio relator estadounidense, «Tonight, Robinson and Ewing they gonna dream on the crazy twenty-two!» (esta noche Robinson e Ewing van a soñar con el loco veintidós). (Fuente: Basquet Retro).

También con la camiseta albiceleste participó del Sudamericano de Medellín en 1985, el Campeonato Mundial de España en 1986 y el FIBA Américas de Puerto Rico en 1993.

En el año 2000 regresó a Estudiantes. Junto a Sebastián Festa y Esteban Pérez llegaron para jugar los cuartos de final, instancia en la que cayeron a manos de Estudiantes de Olavarría.

De allí en más, la carrera del Loco pasó por diferentes destinos. Después de jugar en Uruguay en 2003, regresó a Estudiantes, pero sólo disputó cinco partidos. En 2006 retornó a Villa Mitre, su club, para jugar seis encuentros del torneo local. En 2009 fichó para Obras Sanitarias y participó de tres partidos en la LNB. Y en el año 2010, con 44 años, Hernán Montenegro se despidió del básquet de manera profesional en la Liga del Alto Valle con la camiseta de Del Progreso de General Roca.

FOTOGRAFÍAS: Gentileza La Nueva y El Litoral

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