“Tenía el control absoluto de todo lo que ocurría a su alrededor. Adivinaba pensamientos ajenos. No era rápido, pero era atento, inteligente e intuitivo. Jamás impulsivo. Con esos argumentos le bastaba. Sus ojos percibían más allá de lo que indicaba su mirada. Su arte trascendió al exitismo de la inmediatez. Y ese, acaso, es el gran tesoro de su carrera. Convirtió de la contracción un hábito, y de su virtuosismo un legado. Impuso un estilo propio donde el pase era la bandera y el juego en equipo el sustento de su ideología” Juan Alberto Espil a CABB sobre Pepe. Quién mejor que él para comenzar a describirlo.
Para entender el fenómeno Pepe Sánchez (ya vimos sus inicios), aquel base pensante que deslumbró por su capacidad de pase, conducción, y que hoy se destaca por ser un dirigente fuera de lo normal en nuestras latitudes, es necesario retroceder en el tiempo, allá por la década del 90, cuando dio el primer salto trascendental en su carrera.
Si bien Pepe logró convertirse en profesional con apenas 17 años jugando la Liga Nacional para Deportiva Roca, y a la siguiente temporada volvió a Bahía Blanca para vestir la camiseta de Estudiantes, el primer paso importante (tal vez el más trascendental) lo dio cuando llega a Temple Owls, universidad de la NCAA de los Estados Unidos.
PEPE UNIVERSITARIO
A los 18 años, luego de presentar un video de sus jugadas (editado por él mismo) , la familia Sánchez recibió un llamado desde Estados Unidos mediante el cual se le comunicó que la beca había sido aceptada. Sin saber una palabra en inglés, Pepe armó el bolso y partió rumbo a Philadelphia para sumarse a la Universidad de Temple.
Fue en esos cuatro años donde se gestó el despegue definitivo. No sólo en lo deportivo, sino que también en lo intelectual. El base descubrió su pasión por la historia y la filosofía, se recibió con honores, en paralelo a su carrera basquetbolística.
Sin embargo, también reconoce que aquella experiencia vivida desde tan chico terminó afectando directamente a su personalidad.
“Vos estas solo, en el medio de la selva, y te obliga a hacer una coraza. O sobrevivís o te volves” Juan Ignacio Sánchez en “La pasión según Sacheri”.
Lógicamente, los logros deportivos no faltaron. Segundo mayor robador de la NCAA, ubicó a su equipo entre los mejores ocho de la nación en la temporada 98/99. Pero también en su formación universitaria, ya que logró graduarse en Historia con la calificación de“Mejor Atleta-Estudiante”.
Todo lo que vivió allí, terminó trasladándolo años después en su ciudad natal.
PRIMER ARGENTINO EN LA NBA
Luego de cuatro años como universitario, la próxima meta de Pepe era la NBA. Y lo terminó logrando un 31 de octubre del año 2000 con la camiseta de Philadelphia 76ers en el mítico Square Garden ante New York Knicks, transformándose, por cuestión de minutos, en el primer argentino que llegó a la máxima competencia de básquet a nivel mundial (luego lo hizo Rubén Wolkowyski en Seattle).
Allí jugó 24 partidos con una marca total de 20 puntos, 32 asistencias, 22 rebotes y 9 robos. En el medio de la temporada, vistió la camiseta de Atlanta Hawks en cinco partidos.
Luego de un fructífero paso por Europa, regresó a la NBA para jugar nueve encuentros con los Detroit Pistons.
PEPE DE SELECCIÓN DORADA
Su debut con la albiceleste de mayores se dio en el año 1998 en los Juegos de la Buena Voluntad siendo un joven base que ya había debutado en LNB y militaba en la Universidad de Temple. Ese mismo año fue convocado para el Mundial de Atenas como el tercer base, por detrás de Marcelo Milanesio y Alejandro Montecchia.
En 2001 logró afianzarse en el seleccionado que obtuvo la medalla de oro en el Sudamericano disputado en Neuquén, tras ganarle en la final a Brasil por 78 a 59. Ese fue el anticipo de lo que vino después.
En el año 2002 jugó el Mundial de Indianapolis, esta vez con mayor protagonismo, y allí la Selección Argentina obtuvo la segunda posición tras caer en la final ante Yugoslavia por 84 a 77. En aquel torneo, Argentina se convirtió en la primera selección en poder ganarle a Estados Unidos con jugadores de la NBA. Fue por 87 a 80 en la última jornada del Grupo F.
Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 significaron el pico más alto en la carrera de Pepe Sánchez. Él, junto a Emanuel Ginóbili, el Puma Montecchia y toda la Generación Dorada, lograron el hito más importante en la historia del básquet argentino: la medalla de oro ante Italia en la final incluyendo la eliminación a USA en semifinales.
Es sin dudas un antes y un después en la carrera de este talentoso base y de todo un grupo de amigos que se instalaron en la historia del básquet mundial, recibiendo hasta el propio reconocimiento del país norteamericano.
En el año 2006 disputó el Mundial de Japón, en el que Argentina perdió en semifinales ante España por 75 a 74. Luego de un tiempo alejado al combinado nacional, fue nuevamente convocado para el Preolímpico de Mar del Plata en 2011, torneo en el que logró el título tras vencer en la final a Brasil por 80 a 75. Ese partido fue el último de Pepe con la camiseta de la Selección Argentina.
SALTO AL VIEJO CONTINENTE
Su primer paso por Europa fue entre medio de su experiencia en la NBA. En la temporada 2001 llegó a Panathinaikos de Grecia y se adjudicó la Euroliga de aquel año.
En 2003 se sumó a las filas del Lucentum Alicante y terminó siendo clave para que el equipo evite el descenso. Aquel año fue nombrado el segundo mejor base de la liga española.
En el año 2004 fichó para Unicaja Málaga donde jugó tres temporadas, coronándose en la Copa del Rey (2005) y la Liga ACB (2006). Además, en el 2006 fue elegido el mejor jugador latino. En 2007, convirtió un triple histórico restando 2 segundos en la serie ante el Barcelona para clasificar al Final Four.
Su futuro siguió en Europa, esta vez en el Barcelona, donde por dos temporadas consecutivas se convirtió en el mejor asistente de la liga en fase regular. Luego de quedar libre de la institución blaugrana en julio de 2008, fichó para otro grande de Europa, el Real Madrid, pero su paso por la Casa Blanca no sería muy destacable. Con 32 años dejó España para cruzar el charco de vuelta.
EL REGRESO
En su retorno al país (dicho por él “acertadamente pronto”), Pepe tuvo un rápido paso por Obras Sanitarias, donde compartió equipo con Juan Espil y Gustavo Fernández. Por problemas físicos y algunas diferencias terminó jugando sólo nueve partidos.
Tras su paso por Obras, Pepe le dio nacimiento a Bahía Basket, un proyecto deportivo con raíz propia en el básquetbol bahiense. Fue primero alianza con Estudiantes durante las primeras tres temporadas, y luego, Bahía Basket, tomó vuelo propio.
En aquellos tres años fue el base del equipo. Junto a Espil, Pablo Gil, Lucas Faggiano y compañía, la primera prueba piloto fue altamente positiva.
En el año 2012 se dio la tan recordada serie ante Peñarol. El Milrayitas había ganado los dos partidos en Mar del Plata, mientras que Weber Bahía Estudiantes hizo lo propio en el Casanova con aquel increíble cuarto juego en el que remontó una diferencia adversa de 23 puntos. Luego, en el Polideportivo Islas Malvinas, la victoria fue para el local.
Esas últimas imágenes junto a Espil sin dudas quedarán en la memoria del fanático bahiense. El mítico Casanova volvió a llenarse como las mejores épocas. Y el sentido de pertenencia volvió a sentirse una vez más en la ciudad del básquet.
En la siguiente temporada Pepe, aquejado por varias lesiones, decidió su retiro de la actividad. El cerebro hecho jugador, entonces, le dejó el paso al dirigente, en lo que significó la coronación de una carrera única e inolvidable.