Mariano el Chino Trellini le dio una nueva chance al básquet. A sus 43 años, el talismán del ascenso bahiense comenzó un nuevo ciclo en el ámbito local tras tres años de inactividad.
Esta vez fue Independiente quien lo sedujo para volver a las canchas, club en el que debutó en Primera en 2003 y jugó dos temporadas.
“La clave para volver fue la comodidad de los horarios para volver a entrenar. En mi órbita no estaba entrenar hasta muy tarde, porque era uno de los motivos por los que había dejado. Yo ahora soy padre, tengo una nena chiquita, y volver tarde a mi casa y tener que hacer todo a las corridas no es lo que quiero. Me había llamado Claudio Queti, que fue el primero en pensar en mi, para ir a San Lorenzo, también los chicos de Estrella y de Comercial. Lo primero que preguntaba era el tema de los horarios, y la mayoría entrena en esos ultimos horarios” comenta el Chino.
Además, agrega: “pero cuando Javier (Musumeci) me comentó que ellos entrenaban temprano, terminamos antes de las nueve de la noche, lo pensé mejor y lo hablé en mi casa. También tenía que ver en los entrenamientos si tenía ganas de volver a entrenar. Porque una cosa es ir y jugar un partido o entrenar cada tanto, y otra es darte cuenta si mantenes las ganas haciéndolo todos los días. Y por suerte se fue dando bien, fui a entrenar las primeras dos semanas y me encontré bastante bien en cuanto a lo físico y lo deportivo, el grupo me recibió de excelente manera. La verdad que están todas las condiciones dadas”.
Tras entrenar varias semanas con el plantel, el último viernes retornó de manera oficial en la derrota de Independiente sobre Whitense 73 a 61. Trellini fue el goleador de su equipo con 23 puntos.
“Arranqué bien pero lamentablemente perdimos. El básquet es así, arranqué metiendo las dos o tres primeras pelotas que tiré y eso define un poco como te puede ir en el mismo partido. Se dio así porque entre tranquilo, con esta idea de disfrutarlo y no padecerlo. Aunque me lo tomo en serio igual porque cada vez que entro a una cancha quiero ganar, pero ya sin tantas presiones”.
Sin prisa pero sin pausa, el hombre de los ascensos se toma el básquet de otra manera, siendo consciente que los años pasan y que el físico no es el mismo de antes
“Me estoy tomando el básquet de otra manera, distinto a cuando deje en 2018. No te digo que es un hobby, pero trato de disfrutarlo un poco más, trasladar lo que acumule todos estos años a los más chicos, y acompañar desde otro lugar. Estoy sintiéndome bien, yendo a entrenar con ganas y motivado. Le dije a Javier que iba a llevarlo tranquilo porque después de tanta inactividad, a pesar de que me mantuve jugando en el amateurismo, tengo que ir despacio para evitar lesiones que a esta edad se haría mucho más complicado. No quiero que todo lo que se volvió lindo a la hora de jugar se trunque por apurarme. ”.
El Viola tuvo un trunco arranque de torneo cayendo en las tres presentaciones. Hoy buscará su primer triunfo, cuando a las 20.45 visite al líder Sportivo Bahiense.
“Al equipo lo veo armándose. Falta mucho para que se encuentre el juego que Javier busca. Sobre todo porque mi llegada y la de Juan Iturralde fue un poco tardía, así que estamos todavía conociéndonos. Y también todos volver al ritmo de competencia que se perdió con todo este parate. La idea es no volverse locos porque se perdieron tres partidos, sino ir ajustando las cosas con tranquilidad y enfocados en mejorar. Somos un equipo que cuando arranque el juego que Javier pretende puede molestar a más de uno”.
LOS NÚMEROS DE LA CARRERA DE MARIANO TRELLINI
Trellini dio sus primeros pasos en categorías superiores en 1998, jugando en Estrella (Segunda). Allí, ingresó en 29 partidos y promedió 9,6 puntos. En el auriazul permaneció durante 1999 (39 pj y 8,5 pts.), 2000 (32 y 13,5), 2001 (27 y 18,9) y 2002 (22 y 20,8).
Transpiró la camiseta de Independiente dos años en Primera: 2003 (38 y 11,1) y 2004 (41 y 12,4). A continuación fue jugador de Villa Mitre. Antes y después de la lesión, el Chino disputó 19 partidos y anotó 4,7 tantos por juego.
En 2006, Trellini recaló en Argentino, mejorando su condición física y su puntería: 40 partidos y 11,7 puntos. Luego, regresó a Segunda y terminó siendo un emblema.
Tras pasar por Pacífico en 2007 (45 y 17,5) y 2008 (35 y 20,1), llegó a San Lorenzo para lograr su primer ascenso: 2009, con 52 y 16,2. Volvió a Pacífico (2010; 56 y 16,1), pasó a Napostá (2011; 53 y 16) y permaneció tres años en Barracas: 2012 (38 y 14,2), 2013 (32 y 9,8) y 2014 (50 y 12,4).
Tuvo un breve paso por Estrella en 2015 (57 y 11,2) y jugó por última vez en Segunda en 2016, en Barracas: 48 y 13,8. Sus dos últimos años fueron en Estrella. En 2017, con 48 y 9,8 y en 2018, con 50 y 9,3.
Datos y fotos: La Nueva.