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El día que Bahía Blanca le ganó al campeón del mundo

Bahía Blanca vs Yugoslavia

Por | Fernando Rodríguez | LaNueva

“No tenemos la técnica de los jugadores de Estados Unidos, ni la habilidad de los brasileños, ni somos tan altos y fuertes como los rusos, pero contamos con algo de todo eso y una inmensa capacidad de trabajo en los entrenamientos y ansias de superación”, sintetizó el técnico Ranko Zeravica a poco de arribar a Bahía Blanca.

Se trataba nada menos que Yugoslavia, el último campeón del mundo, en Lujbiana 1970.

Previamente a presentarse ese 3 de julio de 1971, los balcánicos disputaron un pentagonal en Brasil y donde había estado presente Billa A. Brusa, colaborando en la conducción de la Selección argentina que dirigía Jorge Canavesi.

Bahía Blanca

“Se trata de un plantel completo, con coordinación, fuerza debajo de los cestos y alto poder de gol. Es singularmente poderoso”, definió el Lungo.

Cinco jugadores que superaban los dos metros, otros tres con más de metro noventa y la experiencia internacional sintetizaban el poderío de la visita.

Claro que acá los esperaba Bahía. Y su gente.

“Por lo que termino de señalar -dijo Brusa- y porque se trata nada menos que del campeón del mundo, no caben falsos optimismos… Sin embargo, conociendo a los nuestros, capaz que, en una de esas, los europeos se llevan un susto”.

Mientras tanto, para muchos este partido se trataba de la excusa perfecta para conocer el flamante estadio Norberto Tomás, al que le impusieron su nombre en homenaje a Patito, fallecido el 17 de octubre de 1970.

Con todo -o casi- en contra, Bahía infló el pecho y salió a la cancha, sin Atilio Fruet y con las incorporaciones a último momento de Alberto Cabrera (había jugado en Córdoba con el equipo Resto del País), más Jorge Cortondo y José Ignacio De Lizaso, que habían estado afectados a la Selección.

Lo cierto que ante un colmado estadio, la selección bahiense respetó a su rival, pero lejos estuvo de achicarse. Todo lo contrario.

Bahía Blanca

Y el partido, ante todos los pronósticos, estuvo marcado por la paridad.

La visita, si bien pudo salir a jugar entendiendo que podía regular, a medida que transcurrieron los minutos entendió que delante tenía un grupo de valientes, que además sabían jugar al básquet y que estaban disputando “el” partido.

Los 10 de luz que sacó Bahía en el inicio del complemento le hicieron creer a todos que era “la” noche.

Y así fue. Porque si bien Yugoslavia -naturalmente- reaccionó y se puso a 4 con 2m15 para el cierre, además que Beto Cabrera se retiró por faltas, Bahía tuvo coraje para lograr la victoria más resonante de la historia.

¿Cómo vieron a Bahía Blanca los rivales?

El técnico visitante, el calificado Ranko Zeravica, definió el rendimiento de su equipo como una falsa actuación de sus dirigidos.

“No rendimos en nuestro nivel. No pudimos explotar la fuerza bajo los cestos, que es nuestra arma principal”, opinó.

De todos modos, no le restó valor al triunfo bahiense.

“Es un equipo de buen nivel”, destacó.

Y mencionó a Cabrera, De Lizaso y Monachesi como principales jugadores.

«Si Cabrera quiere, mañana mismo me lo llevo para mi equipo», avisó sonriente.

Al día siguiente, si bien los yugoslavos se desquitaron con un contundente 91 a 59, Bahía ya se había dado el gusto de ganarle al campeón del mundo.

La síntesis:

Bahía Blanca (78): Alberto P. Cabrera (18), José I. De Lizaso (15), Adrián Monachesi (19), Jorge Cortondo (7), Giorgio Ugozzoli  (9), fi; Roberto Ojunián (1), Adolfo Scheines (3), Raúl Alvarez (2), Jorge Mac Donald (4) y Roberto Requi. DT: Bill A. Brusa.

Yugoslavia (75): Radivodje Zivkovic (5), Dragan Kapicic (24), Peter Marter, Nikola Plecas (14), Damir Ivkovic (2), fi; Dragusin Cernak (12), Blagoje Georgijeveski, Vinko Jelovac (18), Bizjar, S. Knezevic, R. Davor y Mireljub Damnjanovic. DT: Ranko Zeravica.

Primer tiempo: Bahía Blanca 34, Yugoslavia 32.

Árbitros: Juan Sastre y Francisco Lombardo (Capital Federal).

 

FUENTE: Fernando Rodríguez, LaNueva.

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