En esta oportunidad traemos una extensa entrevista a Roberto Seibane, recientemente nombrado personaje ilustre de deporte bahiense por el Municipio de Bahía Blanca y parte integral de la ABB por más de 40 años.
ROBERTO SEIBANE: «LA ABB ES MI SEGUNDA CASA»
Llegó a la Asociación Bahiense de Básquet en el año 1979 para nunca irse. Su afición por los datos y las estadísticas lo llevó a recopilar cada hecho vinculado al básquet de nuestra ciudad desde fines del siglo XIX, un archivo único en nuestro país.
Con su perseverancia e ingenio elaboró un sistema estadístico único en su forma, sin tener más aliado que su pasión por el deporte y el ingenio propio de los que tienen un objetivo claro.
Oriundo de Torquinst, bahiense por adopción, formado institucionalmente en San Lorenzo del Sud y colaborador constante de la ABB por más de cuatro décadas. Nos adentramos en esta primera parte, en su vida, su llegada a la ciudad, su vinculación con el básquet, la curiosidad por la estadística y el trabajo que marcaría su vida para siempre.
El vínculo con el básquet
«Nací en Torquinst y a los 7 años me vine a vivir a Bahía Blanca. Mi familia tenía una casa en Caronti y Florencio Sánchez, a dos cuadras del Club San Lorenzo del Sud. No jugaba al básquet, me vinculé a la institución por el atletismo que era lo que me gustaba por aquel entonces, pero siempre observaba los partidos de básquet y demás actividades, fui un apasionado del deporte toda mi vida».
«Unos años después mi familia se mudó y recién volví a establecer relación con San Lorenzo cuando empecé la universidad. Conocía a Román Avecilla, los hermanos Aduriz, así que empecé a jugar al básquet en reserva, pero nunca fui un jugador destacado».
¿Los caminos iban por otros lados?
«A los 20 años ya comencé a vincularme con la dirigencia del club ocupando un puesto de secretario hasta que llegué a la ABB en 1979, al día de hoy sigo compartiendo momentos en el club».
Llegaste a la ciudad en plena etapa dorada del básquet bahiense. ¿Cómo se vivía y se palpaba el básquet por entonces?
«Era una efervescencia generalizada, incluso para los clubes que no tenían gran poderío como San Lorenzo. Cuando se jugaba contra Estudiantes u Olimpo la cancha explotaba, era una locura de gente incluso casi hasta la línea donde comenzaba la cancha. Ver a los grandes jugadores del momento era algo que todos querían disfrutar».
¿Hubo algún hecho en particular que te marcó para abocarte de lleno al básquet desde el costado estadístico?
«Como deportista siempre fui discreto, tanto en atletismo, como en el básquet. Ya a los 13 años empecé con las estadísticas de fútbol y particularmente de Boca Juniors. El verdadero interés de mi parte era el comprender los orígenes de los clubes, como se formaron, cuáles fueron sus dirigentes, cómo fueron evolucionando en el tiempo. Esta tarea era un hobby, básicamente tenía recortes e información y el seguimiento que podía hacer con los recursos que conseguía. Ya con el básquet fue distinto, porque en la ABB tenía acceso a los datos de manera directa y en el 90 con el acceso a la informática todo cambió para mi».
¿Cómo fue el proceso de la creación del sistema estadístico en la ABB?
«Cuando me recibí de Ingeniero Civil en la Universidad las computadoras no habían llegado a Bahía de manera masiva. Recién a mediados de los 80 pudimos tener acceso a las primeras computadoras que eran básicamente maquinas de escribir con un poco de memoria. Ya para el 89 teníamos las primeras PC con D.O.S. En medio de ese contexto, yo quería elaborar una herramienta que me sirviera para poder volcar la estadística de la ABB, así que me puse a investigar como poder confeccionar un software que se adaptara a mis necesidades.
No era tarea sencilla por aquel entonces, ¿sabías de computación a nivel programación?
Para que se entienda: no había internet, yo no sabía de programación y ni si quiera estaba el Windows. Tuve que leer libros, informarme y empezar a probar en la escritura del sistema.
Durante un año y medio me aboqué a esto y lo pude probar en lo que por entonces era la Revista Encestando, que tenía computadoras para correrlo. Fue un proceso de prueba y error, tratando de entender lo que hacía mientras elaboraba con la idea clara de lo que quería».
Me imagino que debe haber sido un proceso frustrante, por ciertos momentos
«La verdad es que cada vez que me equivocaba, me entusiasmaba más y le ponía más ganas. Era todo con el lenguaje de programación BASIC. Miguel Angel “Picho” Mazza, me llevó a la redacción de Encestando en donde tenían las computadoras de la imprenta y tanto él, como Enrique “Quique” Nocent, me dieron una mano increíble y me alentaron todo el tiempo para que siguiera con este desafío».
¿Qué significan estas dos personas en tu vida?
«Dos personas muy pasionales, que siempre me incentivaron para que continúe por este camino haciendo lo que me gustaba. Hicimos un trabajo en la Nueva Provincia y con Quique nos veíamos todos los días, el rescató ese trabajo tiempo después y lo agradeció con una editorial que recuerdo muy bien. Picho, por otro lado, estaba interesado porque para ellos también era un avance importante para la recopilación de estadística y por eso siempre estuvo dándome una mano».
¿Cuándo lo implementaron?
«La primera vez que utilizamos el sistema fue con el Torneo Provincial de Cadetes del año 90 que se disputó en cancha de Napostá. Fue la primera vez en la historia que hubo registro estadístico de este tipo a nivel provincial.
Todo lo que queda registrado en la planilla de juego, en cuanto a puntos, jugadores, tiros libres y porcentajes de tiro quedó alojado en este sistema. Hasta el momento solo se registraba de manera manual y quedaba en soporte físico escrito a mano, o lo que se publicaba impreso en los diarios. Todos estos registros eran extra oficiales, a partir de la creación del sistema ya había una referencia por parte de ABB, más allá del gran trabajo que hacían los periodistas cuando iban a la cancha».
Todo esto cambió la dinámica de los propios planilleros
«Si, porque ni bien terminaba el partido tenían que acercar la planilla lo antes posible para que se pudiera registrar todo. Eso sigue ocurriendo hasta hoy. La planilla es un documento y es algo importantísimo y que no puede tomarse a la ligera. Ahí queda registrada la historia de los jugadores, no importa quien fuere, ya que eso siempre fue uno de mis objetivos primordiales, dejar registro de todos los que participaron sea un minuto o 20. Sin los jugadores y jugadoras que aportan su presencia no se pueden lucir los destacados. Todos son importantes».
Hasta acá la primera parte de la entrevista realizada en las oficinas de la ABB en el mes de diciembre del 2020. La próxima entrega nos meterá de lleno en el trabajo, su opinión sobre los jugadores históricos, su visión sobre Bahía como capital del básquet y mucho más.