Símbolo e ícono del Canarias, Nicolás Richotti afrontó esta temporada 20/21 en Palencia luego de un breve paso por el Fuenlabrada. Analizamos el año del ex Club Náutico y hablamos con él de lo que significó su vuelta a la LEB Oro.
NICOLÁS RICHOTTI Y EL DESTINO PALENCIA
Después de haber jugado de manera ininterrumpida durante ocho temporadas en la Liga Endesa, Nicolás Richotti volvió a la LEB Oro, categoría en la que había dado el salto con el Canarias, allá por el año 2012. Renovando la ilusión, tras un año de poco juego en Fuenlabrada, decidió bajar de categoría para recuperar protagonismo y competitividad.
Destino Palencia fue el club que le abrió las puertas al escolta para que pudiese retomar su habitual protagonismo en las canchas. El club de Castilla es uno de los animadores de la división desde que compite en el nivel profesional.
Con 28 minutos de promedio, anotando 12.3 pts 2.3 ast, 1.1 robos con 52 % tiros de dos, 37% en triples Nicolás Richotti recuperó lo que buscaba: continuidad.
«Creo que fue un buen año. Volví a una categoría donde había jugado hace muchos años con el objetivo de volver a ser protagonista y tener minutos en cancha. La verdad es que en este sentido estoy muy contento y satisfecho, porque me sentí muy bien a nivel individual esta temporada», comenta el protagonista.
«La adaptación al club y a la ciudad fue muy buena, conocía la LEB Oro y nos complementamos muy rápido con mis compañeros y no tuve mayores problemas para entrar en la dinámica del equipo».
El cambio de categoría implica una readaptación al juego y retomar dinámicas propias de una LEB Oro que tiene sus reglas no escritas. El bahiense ya había competido con el Canarias desde el 2010 al 2012, por lo que conocía lo que se iba a encontrar.
«La ACB es una liga top FIBA, la mejor del mundo después de la NBA, donde el nivel de los jugadores y el físico es de elite. La LEB Oro es muy distinta, pero la competitividad es muy alta, donde se protege menos al jugador, los árbitros dejan jugar con mucho contacto, cosa que en la ACB no ocurre», afirma Nico.
En medio de una pandemia global que afectó a todas y todos por igual, España no escapó a esa realidad marcada por el COVID-19. El invierno septentrional fue muy crudo, atravesando una segunda ola que golpeó tan fuerte como en estos lares. Nicolás Richotti, junto a su familia, se vieron afectados por la enfermedad en el momento más complicado de la temporada.
«Cuando dimos positivo de COVID-19, tanto mi mujer, como yo y mi hija, fue una sensación de miedo e incertidumbre, de no saber como nos iba a afectar. Con toda la información que tenemos al final uno no sabe bien como puede terminar afectándolo. Por suerte, a medida que fueron pasando los días y nos dimos cuenta que no nos había pegado de manera severa lo pudimos sobrellevar con mayor tranquilidad».
«Por suerte mi familia y yo no tuvimos secuelas físicas de la enfermedad. Antes de volver a competir me realicé las pruebas que se requieren para detectar algún inconveniente y por suerte ha salido todo bien. Ahora con anticuerpos y recuperado te da una cierta tranquilidad».
Una vez recuperado, Nicolás Richotti pudo completar la temporada, pero lamentablemente su equipo no pudo meterse en la disputa por los puestos de ascenso. Ahora, el hijo de Marcelo, mira hacia lo que viene y deja en claro que quiere seguir compitiendo.
«Quiero seguir jugando y compitiendo. Voy a cumplir 35, pero sigo con muchas ganas y motivado de seguir haciendo ésto que es lo que más me gusta. Vamos a ver lo que me depara el destino y en que lugar estaré jugando el inicio de la próxima temporada. Lo bueno que tiene el básquet, es que así tengas 40 años, nunca vas a dejar de aprender y eso es lo maravilloso de este deporte» finalizó Nico.