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Manu Ginóbili por Manu Ginóbili, frase a frase

Manu Ginóbili Frases

El bahiense mantiene su lugar como referente y, sin exagerar, como uno de los mayores deportistas de la historia de nuestro país, en un momento en que el deporte sufre y los ídolos escasean. Manu Ginóbili desembarcó en la NBA después de consagrarse en Europa, y se ganó un lugar a puro esfuerzo, trabajo, perseverancia, cuidado como deportista y competitividad. Siempre le sobraron las cualidades que hacen a un grande: la sabiduría, la humildad y el tesón que le permitió sostener su nivel hasta pasados los 40 años.

Su compromiso estuvo siempre fuera de duda, y nadie lo cuestionó cuando decidió bajarse del mundial de Turquía por razones personales.

En esta nota, recorremos algunas de sus frases resonantes, desde distintos puntos de vista:

Manu, profesional desde chiquito
La suerte y la genética fueron fundamentales. En el 99 cuando salió la bolilla y me eligieron a mí, en lugar de otros candidatos tuve fortuna. Nací con este cuerpo y no con 1,68. Hubo factores que incidieron, porque mi viejo también era presidente de un club de básquet, si era violinista o pintor seguramente me hubiera dedicado a otra cosa.
Después de ser cortado a los 14 años para jugar en la selección de Bahía Blanca por ser físicamente pequeño, Manu cambió algunos de sus hábitos: «Fue un mazazo en la nuca. Fue un golpe que sirvió. Esas cosas forjan la personalidad, estuve dos días llorando, dolido, herido. Era muy chiquitito, muy endeble físicamente, tenía que trabajar.

Cuando empezó todo
En el 2001 nos empezamos a dar cuenta pero teníamos el asterisco de no haber jugado contra muchos. Estaba la Canadá de Nash, Brasil que era un equipo más joven que nosotros y Estados Unidos mandó un equipo E. Estábamos para competir en el alto nivel pero teníamos la duda de cuando vinieran Rusia, Lituania y otros equipos poderosos.

La premisa de Manu: jugar bien
Siempre me hizo raro la frase del aguante, de los huevos. A veces me fastidiaba. Yo quiero jugar bien, quiero tener un plan, trabajarlo bien y jugar bien. Si te permite ganar, excelente. Si perdés porque el otro es mejor, vas, le das la mano y no te lo llevás puesto a los empujones o con alguna chicana para ganarlo.

Manu Ginóbili

Las claves de su éxito para Manu Ginóbili
Todo lo que logré fue una catarata de casualidades: buena fortuna, carácter innato, competitividad que yo no elegí. Con la Generación Dorada tuvimos un culo terrible, eso se dio, fuimos homogéneos. Lo mismo en San Antonio, Tim Duncan cayó en San Antonio de culo. Se juntaron dos potencias como Pop y Tim, el resto nos empezamos a sumar.

Mis compañeros entendieron que yo no era de esos rookies que lo único que quieren es demostrar que pueden jugar y hacer puntos. Ellos saben que lo que me importa es hacer ganar al equipo. Ese respeto me hizo llegar a este presente.

Lo normal es perder y no ganar. No conozco ningún atleta que haya ganado más de lo que perdió.

Podría haber ganado un campeonato más, un Mundial o una Liga Nacional… ¿Pero qué cambiaba? Sí, una estrellita más en el curriculum. Totalmente irrelevante.

Lo más importante no son los campeonatos. Lo más importante son las historias, las experiencias, los amigos, el aprendizaje de los buenos y de los malos momentos.

Manu Ginóbili en el amor
Nací en una ciudad que vive de una manera muy especial y diferente el básquetbol, y eso también ayudó a alimentar mi pasión por el deporte. Es una locura, pero no elegí nacer en ese lugar. Por eso hablo de suerte. Además, a los 20 me estaba jugando en una ciudad de Argentina, y conocí a una persona hermosísima, inteligente, generosa, carismática, joven y divertida, y lo loco es que ella también se enamoró de mí. ¡Ustedes deberían haberme visto cuando tenía 20 años!

Los desafíos de la paternidad
Ellos nacieron ni bien terminó la temporada, tal vez dormí poco pero yo estaba entrenándome. Cuando empezó la temporada, nos ayudó una enfermera, Many siempre estaba al pie del cañón y maquillamos hasta los diez meses que empezaron a dormir. Los mellizos tuvieron un buen timming, nacieron tres días después de quedar afuera de playoffs.

Su jugada más recordada: el doble a Serbia
«Tiré un zapato y entró», escribió Manu Ginóbili en su columna del 16 de agosto de 2004 en La Nación. «Popovich me dijo que los tiros raros en las prácticas me habían servido. Allá no era tan común y me cagaban a pedos, por eso me lo dijo».

El peso del primer triunfo frente al Dream Team.

Ganarle a Estados Unidos en Indianápolis creo mayor responsabilidad, porque teníamos a Brasil 24 horas después y si perdíamos hubiese sido ridículo. Nos creó un hambre mayor. Sabíamos que habíamos logrado algo muy grande pero no significaba nada si no lo terminábamos. No había tiempo ni para pararse a pensar en lo que habíamos hecho.

Manu Ginóbili y la política
No siempre me interesó. No estoy en condiciones de decir que lo sigo. Cuando pasa algo importante sí. Creo que Estados Unidos es un momento muy importante para invitar a la gente que voten, en todo el mundo, pero especialmente en Estados Unidos en este momento por razones bastante claras.

Su relación con San Antonio
Soy parte del mobiliar, estamos con Tim (Duncan) para lo que gusten mandar.

Manu Ginóbili

El aprendizaje
Me sirvió para conocerme mucho. Entendí más, me di más permisos, me di más licencias para equivocarme, para ser malo, para hacer cagadas y perder un partido, para aceptar que estaba viejo, que me dolían las rodillas y que no la podía volcar más. Mi prioridad dejó de ser el básquet en 2014/2015, un cambio que empezó en 2013/2014.

Lo imposible, para Manu Ginóbili
Me acuerdo de estar con la pelota en las Finales de 2005, esperando que pase el tiempo para atacar una de las últimas pelotas, no puedo creerlo. Yo, que diez años antes iba dormido al colegio viendo las finales de Jordan, estaba ahí. Desde 2005 en adelante fue todo irreal, imposible, más si lo miro ahora.

El sorteo, el draft, ¿qué sabía yo lo que estaba sucediendo? Me estaba preparando para otro torneo y me dicen que me eligieron y yo dije: ¿Qué? No puede ser posible. Y me dijeron: sí, es cierto. Y era el puesto 57 del draft, no el 3.

Pero eso me hizo cambiar mis objetivos; sabía que iba a depender de mí. Si hacía las cosas bien, iba a estar en el radar e iba a recibir el llamado. Y un tiempo después, ese llamado llegó.
Sobre el retiro de su camiseta

Muy posiblemente llore. Es algo rarísimo, me siento incomodísimo de tener que vivir ese día y tengo que aprender a dejarme llevar por esa situación y tratar de disfrutarlo. Sé que es más para el resto que para mí, yo no creo que la vaya a pasar bien por los nervios y la vergüenza. Es un enorme honor pero me sudan las manos cuando pienso en qué decir. Gracias. Muchas gracias. Es una noche especial. Ponerme un saco y hablar enfrente de ustedes, ya es un logro. ¡Logramos que Tim (Duncan) hablara por cinco o seis minutos! Eso ya es asombroso. ¡No hay nada mejor que podamos hacer!

Jamás me imaginé llegar a esto, no tenía tantas expectativas. Yo quería hacer una buena carrera en Europa, y quizás, también, ganar algo con la selección argentina. Y de repente, me desperté y en un abrir y cerrar de ojos estoy rodeado de estas leyendas hablando de mí, gente a la que admiro, a la que respeto y quiero. Es algo que te vuela la cabeza.

Estoy muy agradecido y realmente quisiera estrecharles a cada uno de ustedes la mano, darles un abrazo. Aprecio mucho todo esto.

Convencido del retiro
Sentí algo en ese momento. Jugué la temporada de esa manera, pensando que había grandes chances de que fuera la última. La jugué con una tranquilidad muy grande. Dejé la ventana abierta por las dudas. Tenía bastante claro que era la última.

Hice solamente esto durante toda mi adultez. Desde los 18 que me fui a La Rioja y no paré de jugar hasta hace un par meses. Va a ser raro, sin dudas, pero creo que estoy bien preparado y muy, pero muy bien acompañado para afrontarlo.

Tengo 41 años, lo estiré bastante el temita este del básquet ¿No?

Regresé y me puse a hacer pesas, agarré la pelota, miré a los más jóvenes entrenarse y romperse el lomo para estar bien para la pretemporada y a mí, sin embargo, todavía me dolían los últimos dos golpes de la temporada anterior.
No estoy seguro por qué, ya que estaba convencido de lo que tenía que hacer y que era la decisión correcta, pero fue muy loco. Estoy convencido y feliz del paso que di.

Lo que viene después
Voy disfrutar de tener tiempo disponible, porque es lo que todo el mundo persigue y yo ahora lo tengo a los 41 años. Gracias a todos por apoyarme en este largo viaje.

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