El 4 de marzo es una fecha grabada a fuego para el deporte bahiense. Lito Fruet debutaba en la selección bahiense de básquet iniciando un romance que lo catapultaría al Olimpo de la actividad a nivel local y nacional.
LITO FRUET Y UN RECORRIDO DE EXITO
Todo tiene un comienzo. Aquel 4 de marzo de 1959 en el estadio Osvaldo Casanova iniciaba una de las trayectorias más gloriosas del deporte bahiense. El derrotero del jugador formado en Independiente lo llevaría a cosechar 8 títulos provinciales y 6 nacionales conformando junto a Alberto Cabrera y José Ignacio De Lizaso la triada angular de la época de oro de la capital del básquet.
“La trascendencia que alcanzamos con aquel equipo era tremenda. Desde ya que no nos dábamos cuenta de lo que estábamos haciendo. Nos damos cuenta ahora, cuando hablamos con gente de aquella época, o cuando nos encontramos con alguno que nos veía jugar los campeonatos argentinos y uno puede creer que seamos nosotros, los que generábamos eso.” recordaba Lito en una entrevista.
Su primer partido con la celeste de la ABB fue con derrota ante un combinado de Buenos Aires 63 a 59. Ese día, la figura de Olimpo, anotó 9 puntos. sus primeros de los 758 totales para la ciudad, con un 16,8 de promedio por juego. Es el segundo goleador histórico de Bahía Blanca, lo que no es poco teniendo en cuenta la calidad de jugadores que han vestido dicha camiseta.
Esa noche en el Casanova, con derrota, no fue premonitoria de lo que vendría después. Cosechó éxito tras éxito a nivel provincial y nacional. Incluso se dio el lujo de jugar dos Mundiales con la camiseta de la Selección Argentina y ser su capitán en Brasil 63 y Uruguay 67.
Con la selección mayor disputó 27 juegos (242 puntos en total), pero su gran cosecha fue con la camiseta de la ciudad. dio el presente en 232 partidos y sumó a ellos los 79 con la de Provincia de Buenos Aires.
Su primer encuentro con Beto Cabrera en la selección fue el 27 de diciembre del 62 (el mago tan solo tenía 16 años), también disputado en el Osvaldo Casanova, en la victoria de Capital Federal sobre la selección local. El primero de la triada Cabrera, Fruet De Lizaso, repitió escenario, pero en 1964 en la victoria de Bahía Blanca sobre Tres Arroyos 62 a 43.
A la hora de elegir Lito Fruet nunca tuvo dudas de quienes fueron sus mejores compañeros a los largo de sus 16 años de carrera: “El mejor quinteto que integré fue con Cabrera, De Lizaso, Cortondo y Monachesi”, “los cinco magníficos” como fueron llamados durante muchísimo tiempo.
Todo comenzó aquella noche en la catedral del básquet argentino y el propio Lito evocaba lo que significó haber pertenecido a la generación de oro que veía sus primeros pasos por aquel entonces
«Ha pasado muchísimo tiempo, y aún hoy nos siguen respetando. Cuando viajamos, por cualquier motivo personales o laborales, a otros lugares del país, todavía hay quienes nos recuerdan al mencionar apellidos, y so demuestra cuánto valió todo aquello” .
No fue el más técnico, incluso decían que “no sabía picar la pelota”, pero pobre del que se animara a buscarlo. De temperamento a flor de piel, los árbitros se llevaron algún que otro recuerdo tanto como él por parte de ellos en forma de faltas técnicas.
“Desbordaba personalidad y la expresaba en todo momento y en todo lugar. Era vivo, despierto, rápido, firme defensor, de gran tiro y con mucha capacidad de salto. Además, tenía una notable tenacidad y se agrandaba en los momentos más bravos, cualidades que lo hacían sobresalir y admirar».
“Fue el basquetbolista con quien mejor me entendí –agregó el 14- y quien me facilitaba todo tipo de pases. Yo las tiraba a cualquier lado y de cualquier manera, porque descontaba que ‘Lito’ las iba a agarrar… Y se iba a encargar del resto” sentenció Cabrera a La Nueva.
Actitud sobró siempre y se empezó a gestar aquel 4 de marzo en el Osvaldo Casanova. 62 años después, el recuerdo es una obligación más que necesaria a la hora de homenajear a uno de los padres del básquet bahiense.