Luego del repaso de los inicios de la pasión de Juan Carlos Meschini la semana pasada, hoy traemos la segunda y ultima parte de la charla con el referente del periodismo deportivo de la ciudad.
Desde sus gustos personales, dejando en claro que sus favoritos siempre eran los nacidos en Bahía, pasando por momentos inolvidables de su carrera, y cerrando con lo que significa el básquet en su vida.
¿Cuál fue el mejor jugador que viste en tu vida?
«Alberto Pedro Cabrera. Para mi fue un adelantado en todo sentido, veía a Bahía más allá de la actualidad. El aporte que el hacia permanentemente para su ciudad era invalorable. El se iba a algún torneo internacional con la selección nacional y siempre traía algo, por eso Bahía siempre estuvo adelantada. Por ejemplo el trajo el pressing luego del mundial del 67.
Y abro un paréntesis. Cabrera siempre jugó de manera amateur en Argentina porque quiso. El un año reforzó a la selección de Capital Federal para hacer una gira por Europa, junto con Fruet. Juegan en España contra el Real Madrid, y después del partido un dirigente importante del Real Madrid fue al vestuario y le llevó el contrato para que se quede ahí. El le dijo “No, yo tengo mi trabajo en Bahía”. Hoy en día es inimaginable. Beto tenía 26 años, cualquier jugador hoy acepta. Eso habla a las claras del compromiso que tenía por su ciudad.
Cualquiera va a decir que soy un demente por no elegir a Ginóbili. Pero es como Maradona y Messi. En su momento, Cabrera era inigualable y un adelantado. Después vino el otro monstruo y pateó el tablero haciendo desastres en la NBA. Pero apunto al Beto porque jugó en una época muy difícil, no había ni la mitad de las cosas que hay hoy».
¿Y el mejor equipo?
«El mejor equipo que yo vi, o en realidad que escuché, fue provincia de Buenos Aires campeón del nacional en Corrientes 1971. Era Fruet, Cabrera, De Lizaso, Monachesi, Cortondo, Gehrmann, Gonzalez, Perazzo y demás. Imaginate que la discusión en ese equipo era quien iba a ser el numero 12. Fue la mejor conjunción que he visto en esa época.
Después por supuesto la Generación Dorada, no puedo dejar de lado los equipos de Indianápolis 2002 y Atenas 2004, que también era un equipo soñado».
¿Un momento inolvidable en tu carrera?
«Lo mejor que me tocó cubrir fueron las dos finales de Ginóbili campeón de la NBA. Verlo campeón en 2005 en San Antonio y 2007 en Cleveland para mi fue tocar el cielo con las manos. Fui a muchos torneos internacionales, pero estar en la NBA (que es otro mundo y otro deporte), con el trato de privilegio que le dan a los periodistas ahí, pudiendo entrar al vestuario antes y después de la final, y encima con un tipo de tu ciudad que vivía a cuatro cuadras de tu casa, que por un voto no fue elegido el más valioso y todo el estadio le cantaba MVP, bueno realmente es algo inolvidable».
¿Cómo ves hoy el presente de Bahía Basket y Villa Mitre, los dos equipos que nos representan a nivel nacional?
«Bahía Basket es una escuela que irrumpió y va a ser seguramente un epicentro de la NBA y del mundo. El complejo que hizo Pepe es de ensueño, dejó boquiabiertos a todo el mundo que viene acá.
Y Villa Mitre es realmente fantástico lo que esta haciendo. Porque prácticamente con el mismo plantel saltó una categoría que es mas profesional que el federal. Esa es la máxima ventaja que tiene: mantuvo la base, la química y la continuidad de De Tomassi que ya estaba como ayudante. A mi no me extraña la campaña que está haciendo, después veremos si le da el cuero para ascender. Y si asciende claramente le va a cambiar el panorama».
Para cerrar, ¿qué es el básquet en la vida de Juan Carlos Meschini?
«Es una parte muy importante de mi vida. Yo creo que cualquier ser humano que se vuelca a una actividad deportiva, de la manera que sea, ya tiene una ventaja. No hay nada mas lindo que el deporte. Uno intentó practicarlo en su momento, fracasó rotundamente. Y afortunadamente lo tuve periodísticamente. Y encima que sea mi medio de vida, me parece que estoy hecho. A cuatro años de jubilarme, miro hacia atrás y le tengo que agradecer muchísimo al básquet, porque gran parte de lo que soy se lo debo al deporte de los cestos».