Leandro Alem cuenta con dos pares de hermanas que se desempeñan en la Primera y menores en el básquet femenino. Por un lado Alondra y Alexia González, y por el otro, Sofía y Ludmila Ogertschnigg. Sus historias.
LAS HERMANAS DE PRIMERA DE ALEM
Alondra (22) y Alexia (19) comparten el básquet dentro y fuera de la cancha. Desde pasarse la bola para lanzar hasta colaborar en el club en “sociedad” para los diferentes partidos en menores o las estadísticas en Primera.
Las hermanas de Alem cuentan sus inicios y su atracción por el básquet
Alondra repasó sus comienzos: “En realidad yo quería jugar al fútbol pero había categorías a partir de los 12 años y en ese entonces tenía 8 años, mi mamá me dijo que algo similar podría ser el hockey y yo le dije que no, tire la idea de básquet y ahí fue cuando empezó a buscar, llamo a barracas pero nada, después a Sportivo pero no había en ese momento, y finalmente llamo a 9 de julio le dijeron que si, le pasaron los horarios y fui”.
“Me gustó la forma del juego, la competencia, ir a viajes con el equipo, eso le ponía un condimento especial, y me distendía después de ir a la escuela. En realidad el básquet no fue mi primer deporte, antes hice taekwondo y patín junto a mis dos hermanas”.
“Un poco la convencí a Ale junto con la entrenadora (Paula Speerli). Cuando iba entrenar, Ale me acompañaba y le decía que venga a probar. Pero yo creo que un poco ya le gustaba”.
Alexia comentó: “Empecé básquet porque Alo jugaba y me incentivó junto con la entrenadora en ese momento. Antes hacía otro deporte y cuando empecé practicaba los dos simultáneamente, hasta que un día ya no iba a seguir con básquet por seguir con patín. Faltaban chicas para hacer una categoría, entonces la entrenadora me llamó y finalmente me decidí por básquet».
“Con Alo hicimos taekwondo y patín juntas. Yo seguí haciendo patín 10 años. Respecto del básquet, fueron cosas que se fueron sumando mientras lo transitaba, ya sea torneos, los viajes, las amistades que te deja”.
Jugar juntas en Alem y disfrutar del básquet fuera de la cancha
“Siempre jugamos juntas, aunque durante un tiempo Ale había dejado. Nunca pensamos en jugar en clubes distintos, aunque podríamos haberlo hecho cuando nos fuimos a Olimpo porque tuve la oportunidad de quedarme en 9 de julio. No lo dude y me fui con ella, no hubiera podido jugar en contra de ella”, comenta Alondra.
Alexia declaró: “Nos gusta mucho ver básquet por cualquier medio; pero lo vivimos más yendo a ver” y agregó que “Vemos bastante variado. La NBA y la Liga Europea la seguimos más que nada cuando hay argentinos. Nos gusta por ahí decir «mira eso lo podríamos hacer». A la selección Argentina es la que más vemos de cualquier categoría. Somos muy de la Argentina; así como también vemos todo lo que son los JJOO, mundiales, panamericanos de cualquier deporte”.
Compartir el básquet con la otra mitad
Alondra no dudó sobre eso “Significa todo, es mí motor, es quien me levanta cuando no doy más física o mentalmente, es la que me hace disfrutar mucho más los entrenamientos y partidos, la que con una mirada entiende lo que quiero hacer dentro y fuera de la cancha, la que aguanta todos mis enojos y la que presta la oreja para escuchar cuando estoy enojada”.
Alexia también lo dejó en claro “El compartirlo lo hace de otra manera, Es lo que lo hace divertido. Nos alentamos mutuamente; antes de ir hablamos sobre lo que tenemos que hacer y después sobre el partido”.
¿Cómo describen a la hermana dentro de la cancha? ¿Hay consejos?
Alondra se expresó sobre Alexia: “Una de la virtudes que tiene es la fortaleza en que se para dentro de la cancha. La competitividad y la positividad que tiene. No la aconsejo mucho, en realidad las dos nos decimos como ataca el rival y como lo podemos frenar, o como nos defienden para poder atacar o desmarcarnos mientras transcurre el juego. Le digo algún detalle, pero no mucho porque ella en sí entiende o se da cuenta”.
Alexia analiza a Alondra: “Las virtudes que tiene Alo son bastantes, ya que tiene su experiencia (risas). Sabe leer el juego, hace buenos pases, tiene buen tiro. A la hora de jugar soy de aconsejarla en algunas cosas, pero no muchas porque ella ya se da cuenta; soy más de animarla cuando está mal”.
La pregunta de rigor… ¿Quién gana un mano a mano?
“Difícil de responder (risas). En realidad no jugamos mano a mano muy seguido porque si no, nos vamos peleadas a casa. Somos muy competitivas y queremos ganar siempre. Cuando a una le empieza a salir las cosas o la mete y encima se ríe, la otra empieza a jugar y defender más fuerte”, expresa Alondra
“Ahí es cuando las dos nos enojamos, así que es mejor quedar empatadas porque si una gana puede que no nos hablemos hasta el otro día. Nunca llegamos a ese punto, pero podría pasar, aunque ahora no nos enojamos mucho, disfrutamos más que nada ” Cierra la más experimentada de las hermanas.
Alexia tiró la presión “Media complicada la pregunta (risas), porque cada una tiene lo suyo, pero yo creo que Alo”.
LA HERMANAS EN LAS MENORES DE ALEM
Sofía (14) y Ludmila (16) también comparten su pasión por el básquet en todo momento. Más allá de la diferencia de edad, han jugado juntas y, en todo caso, se alientan desde la tribuna o el banco, acompañándose junto a su familia con la excusa de la naranja de por medio.
Ambas repasaron sus comienzos y lo que les generó el básquet
Sofía comentó: “Yo arranque con el básquet a los 9 años en el club Comercial porque Ludmila ya jugaba y quise probar un entrenamiento y me gustó y bueno seguí hasta ahora”.
“Me empezó a gustar el básquet porque ya conocía algunos chicas del club. Tenía a los profes que son unos genios, Macarena Terrón y Martín Godoy, quienes me ayudaban en todo. También me gustaba la idea de jugar todos los fin de semana” y agregó: “De los 4 a los 6 años hice gimnasia artística, de los 6 a los 9 baile y ahí fue cuando arranque con básquet hasta ahora”.
Ludmila, la mayor, expresó: “Yo arranque a los 12 años a jugar en Puerto Comercial. Porque hacia actividades, pero no me decidía por ninguna. En ese entonces con mi viejo íbamos a ver partidos de Bahía Basket y me empezó a llamar la atención el deporte, por eso decidí arrancar”.
“Me gusta porque es un deporte que se juega en equipo y hacés lindas amistades” y agregó: “antes de empezar a jugar hice baile, gimnasia y patín”.
“A Sofi la convencí porqué ella me iba a ver a los partidos, y decía que le gustaba. Entonces le insistí para que deje baile y vaya a entrenar conmigo; y fue a probar y le gustó”, agrega la mayor de las Ogertschnigg.
“Arrancamos ambas en Comercial, pero yo en 2018 me cambie a 9 de julio, ya que en Comercial no había categoría femenina para competir y solo se podía jugar hasta U13 mixto. Luego, en 2019 me cambié a Olimpo donde jugué dos años, uno se jugó a pleno y en el otro lamentablemente nos agarró la pandemia. Ese año se sumó Sofi, y hacíamos los entrenamientos virtuales en casa hasta que en 2021 nos cambiamos a Alem, nuestro club actual”, sostuvo Ludmila.
Compartir el básquet fuera de la cancha
“Cuando podemos vamos a ver partidos juntas. Por la tele solo NBA, pero muy poco y los partidos de la selección. Sigo el básquet local. Voy a ver a Alem porque es mí club y he hecho muchas amistades. A Comercial también porque mi familia y yo somos hinchas”, asegura Sofia.
“A veces miramos algunos partidos de la NBA, y nos gusta ir a ver partidos de la Primera ya sea de Comercial o Alem”, afirma Ludmila
La naranja con la otra mitad
«Sofia, ya con experiencia en categorías superiores comentó que “jugar con Ludmila es especial, ya que es una actividad en la que podemos compartir momentos juntas afuera y adentro de la cancha, muchas veces me dice las cosas que hago mal o me corrige y siempre está ahí para apoyarme”.
En el caso de Ludmila: “Compartir con Sofía para mí es como una compañera/amiga más. Dentro de la cancha nos entendemos mucho y me gusta jugar con ella”.
¿Alguna virtud de la hermana? ¿Consejos entre sí?
Sofia relata: “Ludmila tiene un tiro de media distancia envidiable. Hablamos pocos en los partidos porque lo vivimos diferentes y siempre me reta por algo (risas)”.
Ludmila agregó: “Sofi tiene un buen 1 vs 1 y pica bien pelota. No la aconsejo mucho porque es media especial y se enoja por todo (risas)”.
Y la pregunta final… ¿Quién gana el uno contra uno?
Sofia dejó ver el espíritu competitivo de ambas: “Está divido. a veces gana Ludmila y otras yo, pero no lo hacemos muy seguido porque no terminan bien (risas)”.
Ludmila le tiro flores a la menor: “Yo creo que gana Sofi”.
Cuatro jugadoras y cuatro historias de compañerismo, hermandad y competencia en el club Alem.
Nota: José Fiebig (Prensa Alem)