“Permiso, buenas tardes, vengo a donar algo al museo de la Asociación Bahiense de Básquet” fue la carta de presentación de Raúl Ponzielli en las oficinas de la ABB semanas atrás.
Raúl, como la mayoría de las personas nacidas en estas tierras de balones naranjas, es un aficionado al básquet desde hace décadas. Creció entre leyendas de nuestra ciudad y transitó los años dorados del deporte bahiense.
Cabrera, Fruet, De Lizaso, Monachesi y Cortondo eran los Avengers de aquella época para cualquier pibe. Y para Raul no era la excepción. Su fanatismo lo trasladó a un hobbie diario. Sus tardes eran en el club mientras observaba cómo los superhéroes entrenaban.
“Yo de chico era un apasionado por el básquet. Pasaba todas las tardes en el club Estudiantes, donde pude conocer a Beto. No éramos amigos pero teníamos un buen trato. Incluso en una ocasión jugamos al voley juntos. También le pasaba la pelota cuando se quedaba tirando al aro” comenta.
Esa relación con su ídolo lo llevó a tener el regalo más preciado que cualquier amante del deporte podría recibir. Fue en el Torneo Argentino de 1971, tras el tricampeonato nacional logrado por Provincia de Buenos Aires, cuando Beto Cabrera le regaló la camiseta que había usado para conquistar dicho campeonato.
“Aquel torneo fui porque estaba de viaje por Brasil y Paraguay, y la última semana del campeonato llegamos a Corrientes. Horas previas a la final con Santiago del Estero me encontré con Cabrera, no me acuerdo bien donde, y le pedí la camiseta. El me dijo que sí, obviamente. Cuando terminó el partido, en medio de los festejos, llegué a la cancha y lo vi con el torso desnudo. Entonces le dije “Beto, te olvidaste la camiseta”, y el me dice “no para nada, la tiene Bruni”. Y Coco por supuesto que me la dio porque Beto le había dejado indicado eso”.
Fue entonces cuando el Capitán América le obsequió su escudo a un eterno admirador suyo luego de otra trabajosa batalla. Y sin saberlo, el gesto hacía aquel joven lo marcaría para el resto de su vida.
“La tengo hace 50 años. Nunca la lave ni la use, estuvo siempre en la bolsa guardada. Yo creo que si le haces un ADN encontras los genes de Alberto Pedro Cabrera. Yo decía en broma “el día que mis hijos me salgan jugadores de básquet les voy hacer un caldito con esto para ver si les puedo transmitir un poco de talento”.
Y tras medio siglo guardada en el placard de su habitación, Raul decidió darle un mejor lugar al traje de su superhéroe favorito.
“Para mí esa camiseta tiene un valor muy grande. Pero yo ya estoy viejo y para mis hijos no tiene el mismo significado. Por eso decidí donarla al museo de la Asociación Bahiense de Básquet, porque considero que es donde corresponde que esté” agrega Raul con algunas lágrimas que asoman en sus pupilas.
EL TRICAMPEONATO DE PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Aquel título en Corrientes fue el tercero consecutivo para la Selección de Provincia, que llevaba la base de Bahía Blanca más Gherman, Perazzo y González.
Un plantel plagado de figuras que dominó de principió a fin no solo en aquel torneo, sino también a lo largo de varios años.
De forma invicta y casi sin escrúpulos, “Provincia” conquistó el tricampeonato (San Luis 1969 y Catamarca 1970) promediando 99 puntos a favor y 47 en contra. En la final aplastó a Santiago del Estero 89 a 55.
El equipo estaba formado por: Alberto Pedro Cabrera, Atilio José Fruet, Carlos Alberto González, Alfredo Adrián Monachesi, José Ignacio De Lizaso, Rolando Oscar Sfeir, Jorge Santiago Cortondo, Raúl Pedro Alvarez, Raúl Héctor López, Adolfo Rubén Perazzo, Ernesto Gerhmann y Luis Antonio Gómez. Dirigidos por Bill Américo Brusa.