Se cerró el torneo tras cuatro días de altísimo nivel de juego en el que Bahía se impuso de manera invicta, ratificando su papel de candidato y mostrando pasajes de gran calidad colectiva e individual. Pero el Provincial también dio a conocer nombres propios que darán seguramente que hablar en años venideros, así como varias selecciones que levantaron aplausos y admiración por su excelente rendimiento.
Bahía campeón de virtudes
El conjunto local mostró su fortaleza desde el día uno, sorteando de manera categórica el interzonal con Tres Arroyos y luego imponiendo autoridad ante los rivales del grupo, primero La Plata y luego Zarate-Campana.
Los de Mauro Richotti desplegaron un juego basado en la transición y el triple como armas principales, pero que no careció de otras aristas para llegar al aro como la utilización de la fuerza física de sus internos como Bautista Ott o la versatilidad otorgada por Alejo Azpilicueta.
El entrenador insistió durante todo el torneo en usufructuar la ofensiva temprana una vez recuperada la pelota y si no se podía ante la transición del rival, recién ahí, correr la ofensiva. En este sentido Jano Martínez y Facundo Tolosa fueron los abanderados del desequilibrio viniendo desde la banca y aportando la nota revulsiva que se necesitaba en los primeros partidos.
A medida que fueron transcurriendo los partidos quedó claro que el triple era una de las herramientas principales del conjunto bahiense y sobre todo por su nivel asertivo. Facundo Tolosa (goleador del torneo) mostró sus excelentes condiciones como tirador tras pique y sin pelota, siendo fundamental a la hora de destrabar algún pasaje de juego poco eficiente.
Las características de juego de sus dos principales armadores fueron el termómetro de lo que pidió el devenir del torneo. Durante los primeros juegos Jano Martínez fue clave para cambiar el momentum con mucho vértigo y transición, pero en la segunda parte del Provincial fue el chico de Bahiense del Norte (Emanuel Fernández) quien sacó a relucir una conducción atildada e inteligente.
Hay que destacar que Bahía se fue adaptando a los requerimientos y esa capacidad es la que le permitió encontrarle las cosquillas a cada uno de los rivales. Cuando se necesitó de la potencia física de Ott, la pelota fue al poste bajo y cuando se necesitó la versatilidad de Azpilicueta y Forestier el juego discurrió más en transición o abriendo la cancha para sacar a los internos rivales de la pintura.
Los chicos de Richotti mostraron mucha personalidad sobre todo para siempre encontrar mediante la ejecución que era lo que se necesitaba en los momentos críticos de cada partido y nunca sucumbir ante la presión de tener que demostrar por su condición de candidato y de local.
Por último, es destacable el comportamiento de los jugadores para con sus rivales y el arbitraje, mostrando siempre el respeto que se merecen tanto las autoridades como sus compañeros/rivales dentro de la cancha.
Zarate-Campana la sorpresa del provincial
Le tocó bailar con la más fea durante todo el torneo, primero cruzándose con Mar del Plata (uno de los favoritos) y luego compartiendo grupo con el local, pero no hubo nada que acobardara al conjunto zarateño, que fue una grata sorpresa desplegando un básquet muy serio apoyado en la defensa y el contragolpe como armas principales.
Partiendo de una defensa zonal que le proporcionaba la seguridad buscada para limitar las penetraciones (cortando siempre muy activamente línea de pase) para luego salir volando de la mano de Emiliano Polese y Mariano Repetto.
Ya en el primer partido ante Mar del Plata le había dado un anticipo de lo que sería su futura eliminación en semifinales para sorpresa de propios y extraños, pero no solo a los marplatenses habían hecho sudar la gota gorda, porque Bahía tuvo que redoblar esfuerzo para quebrar esa zona 2-3 en el partido de grupo.
Conocedor de sus limitaciones, Zarate-Campana fue un equipo con todas las letras, su esfuerzo colectivo y sobre todo su altísimo nivel de ejecución en estacionado lo hizo merecedor de disputar el partido final.
¡Salud al subcampeón! que fue una bocanada de aire fresco en este provincial u-17.
MVP decepciones y sorpresas
Es importante destacar al jugador más valioso del torneo, el juninense Silvano Merlo que dejó una sensación de superioridad avasallante en cada uno de los partidos que disputó.
Indetenible para las defensas, con un rango de tiro completamente ridículo (metió triples desde distancias superiores a los 9 mts.) y con una fortaleza física notable dejó claro que tiene un futuro brillante en este deporte.
Mar del Plata no pudo replicar su buen arranque, llegó a las semifinales invicto, pero se cruzó con la cenicienta del torneo que le complicó la vida en un partido muy peleado y que se definió en los minutos finales.
La Plata y Tres Arroyos lamentablemente no pudieron tener una gran participación, pero mostraron que llegaron a esta instancia por algún motivo. Se vio un buen trabajo en cancha, aunque fue insuficiente para poder llegar a las instancias finales.
Cabe destacar el excelente nivel mostrado por todas las selecciones. Se vio un despliegue táctico muy pulido, sobre todo a la hora de atacar y defender diferentes trampas estratégicas. Defensas zonales de distinto tipo, presión toda la cancha, ofensivas trabajadas con bloqueos indirectos y por sobre todo gran juego de conjunto.
Ha pasado un Provincial más por la Capital del Básquet y no ha defraudado ni a propios ni a extraños.