Este 25 de marzo se cumplen 25 años del oro panamericano que obtuvo Argentina en Mar del Plata 1995. No fue un título más para quienes admiran el deporte en Bahía Blanca, sino que significó la única consagración de Juan Espil con los colores albicelestes.
“Fue muy especial porque fue mi único título con la selección argentina. Todo torneo internacional te potencia como jugador. Yo estaba en Atenas de Córdoba y ese campeonato logrado me dio mucha confianza para seguir trabajando en mi carrera profesional”, anticipa.
Argentina se coronó campeona de manera invicta, tras derrotar a Estados Unidos, Uruguay, México, Puerto Rico y Brasil. Los dos primeros, en dos ocasiones tras los choques por Semifinal y Final.
Pero el logro no podría ser completo, si Juan Espil no daba un poco más de sí mismo. El hábil tirador, que fue goleador del torneo con un asombroso promedio de 20.4 tantos, jugó el Panamericano con un esguince en su tobillo izquierdo.
“Lo principal es que fue un torneo duro en lo personal. Lo jugué esguinsado. Me lesioné tres días antes en un amistoso vs Uruguay en La Rioja. Sin embargo, aguanté ante la inflamación, con mucho vendaje y trato sobre mi tobillo izquierdo”, recuerda el escopetero.
En efecto, Argentina llegó a la final de la competencia y se midió con Estados Unidos, que no era el dream team, pero sí presentó un equipo lleno de energía. “La final ante Estados Unidos fue muy pareja. Ellos tenían un equipo muy intenso, a pesar que no estaba compuesto por las figuras máximas. Recuerdo que Esteban de la fuente anotó cuatro puntos clave en el final para destrabar el partido”.
En definitiva, Espil y la Selección se debían un momento de emoción y alegría. Fue de local, y será el agradable recuerdo para el escopetero que nunca envejecía.
