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«Estaba seguro que quería jugar y estudiar a la vez»

Facundo Arens llegó a la División II de la NCAA con una meta: estudiar y seguir jugando al básquet. Con sus objetivos en claro, en 2017 arribó a la Universidad de Kutztown donde desde hace dos años encontró un camino de aprendizaje y un lugar donde se puede seguir desarrollando como deportista.

De esta manera, a la vez que despunta el vicio del básquetbol, estudia una carrera.

Algunos eligen desarrollarse en la Liga Nacional y después dar el salto a España o Italia; otros prefieren irse cuanto antes al Viejo Continente aunque sea a campeonatos menores, y otros apuestan al camino más largo aunque más físicamente cercano a la NBA, el ámbito universitario. “Una de las principales razones por la que elegir venir fue porque estaba seguro que quería jugar y estudiar a la vez, y en el único lugar donde se podía hacer era en Estados Unidos. Nunca fue un pretexto, ya lo tenía bastante pensado. Aproximadamente a los 16 años, con la llegada de Daniel Allende a Olimpo, empecé a pensar en esta idea. Luego lo hablé con mi familia y nos pusimos este objetivo a largo plazo. Por suerte se dio”, explicó Facundo Arens.

Si bien una de las etapas más difíciles de afrontar en este tipo de decisiones es superar las distancias, una agenda siempre nutrida de actividades ayudó para sobrellevar el día a día. Hoy, en su segundo año de básquetbol y de la carrera de manager deportivo en la Universidad de Kutztown, se destaca en la cancha y es un buen proyecto a sus 22 años.
“Estoy haciendo dos carreras en paralelo, una es la de Manager Deportivo y la otra es Español. Mi rutina diaria es cursar, entrenarme, jugar, comer, estudiar, y dormir. Las prácticas diarias duran aproximadamente dos horas y media y cuando terminamos todo el equipo se reúne en un aula para hacer sus tareas bajo la custodia de un tutor. La idea es que estudiemos o hagamos las tareas de la universidad”, expresó.

“Lo más difícil de la adaptación es el idioma. Muchas veces pensamos que conocemos la cultura de Estados Unidos porque la vemos en la televisión o está en todos lados, pero la verdad es que solo vemos un partecita y somos totalmente diferentes. Además, hay mucha mezcla de culturas. En Pensilvania, la zona donde yo estoy, hay bastantes latinos, entonces la cultura no es 100% americana.
En general, creo que este segundo año me adapté mucho mejor y estoy más tranquilo. Ya no es una aventura el día a día con lo que me va sucediendo”, añadió.

La próxima semana será tiempo de playoffs para los Osos Dorados de Kutztown, el equipo saldrá a la ruta para enfrentar a East Stroudsburg University. “El primer objetivo que teníamos era llegar a los playoffs y pudimos alcanzarlo, ya que clasificamos en el quinto lugar. En nuestro último partido de la fase regular peleamos por la localia en la serie, pero caímos en doble suplementario y seremos visitantes. El primer objetivo está cumplido, después se verá hasta donde llegaremos”, afirmó Facundo.

En esta temporada Arens disputó 26 partidos, promediando 6,9 puntos, 3,0 rebotes, y 1,9 asistencias en 27.2 minutos por juego. “Me siento mucho mejor en esta segunda etapa, ya conozco el rol que cumplo en el equipo, sé lo que puedo hacer y qué es lo que el equipo necesita de mí. Estoy mucho más contento y puedo disfrutar más dentro del campo de juego”, agregó.

Para cerrar Facundo se refirió a sus metas a futuro: “lo primero es graduarme. Ya estoy casi terminando el segundo año y me quedan dos más. Aunque todavía no lo tengo bien definido, mi idea es seguir jugando al básquet en Europa o donde pueda. Si no es eso, una vez graduado quiero quedarme en Estados Unidos trabajando o jugando al básquet.
Esos son mis dos caminos que tengo pensado para mi futuro”.

Facundo Arens busca la excelencia doble, en el deporte y en lo académico a la vez. Eligió el camino más largo, el más esforzado. El que suele dar un premio extra, también.

Foto: Andrew Ferguson, kubears.com

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