Es primero de mayo en la ciudad y un cielo plomizo augura lluvias y frío. El Polideportivo Municipal parece cobrar vida en este día feriado en que todos van a un ritmo cansino. Dentro del estadio la dinámica es otra: los jugadores calientan mientras Ulises Agullo y Claudio Palermo ultiman detalles antes del primer partido de la jornada entre Liniers y Estudiantes C; está por comenzar una tarde de Maxibásquet, como siempre en Bahía Blanca… ¿cuándo no? La pelota naranja nunca se detiene en esta parte del mundo.
Alejandro Ramallo se acerca a Luciano Fortelli, quien va jugar por primera vez, y le suelta: ¿estás preparado para correr? El ex jugador de San Lorenzo del Sud esboza una media sonrisa, como un indicio de desconfianza respecto al árbitro. Pero es sólo un momento, porque luego ese parecer -equivocado, por cierto- comienza a modificarse. Silbato a la boca, balón al aire y comienza el Maxibásquet.
Liniers, vigente campeón de la categoría, está con una rotación reducida y no tiene a su figura, “Bachi” Allende está enfermo”, dice Agullo. Esto no parece impedirle al Chivo irse arriba de inmediato en el marcador.
Lo primero que uno nota al ver el partido es que todo se desenvuelve en un ambiente familiar, cercano, cálido. Son jugadores que han compartido la cancha durante mucho tiempo y en ese lapso forjan lazos que se palpan en las miradas y la comunicación entre los protagonistas. Esto no quiere decir que no sea competitivo, ya los primeros roces se pueden ver, aunque son capeados con solvencia por Ramallo: “tranquilos chicos que mañana hay que ir a trabajar”.
El ritmo de juego es muy alto al inicio, la +35 este año ha elevado mucho su nivel. “Ya vas a ver a Estrella” se escucha a un espectador desde la tribuna, “este año se armaron fuerte”.
El primer minuto pedido es para Estudiantes C, que no encuentra la manera de llegar al aro. El ajuste a zona 2-3 por parte de los de la Avenida, les permite incrementar a veinte puntos la diferencia. Y si bien se augura una tarde tranquila para los campeones, el sol que ingresa por las ventanas activa la reacción del Albo.
El nivel de juego de ambos equipos es de mucha calidad. “Algunos de estos podría jugar en segunda tranquilamente, mirá a la velocidad que están jugando”, suelta el planillero entre mate y mate, mientras Ramallo y Gordillo se acercan a la mesa de control a comentar que en la última jugada la pelota había tocado el aro y el reloj de 24 tendría que haber vuelto. “Mala mía” dice Agullo que está al mando, mientras saca fotos y está pendiente de todo lo que pase en el Maxibásquet.
Liniers está con pocos jugadores (el mínimo son 7, caso contrario perderá los puntos) Como apunta Palermo, “cada jugador puede participar en máximo tres cuartos, así juegan más y el nivel es más parejo”. La rotación larga de Estudiantes empieza dar sus frutos: se acerca a diez y en el banco del Chivo se empiezan notar caras de preocupación.
“¿Cuantos minutos me quedan?”, preguntan desde el banco del Albo. Se lo están tomando muy en serio y la ventaja se reduce cada vez más durante el tercer cuarto, sobre todo porque el nivel de acierto desde la línea de tres se incrementa.
El margen baja a un digito y Prado, ahorcado por el reloj de 24, saca una falta para ir a la línea. Hay tiempo fuera y Ramallo pide un mate. “Campazzo hacía la misma cuando estaba en Peñarol”, explica el Negro… las mañas de los chiquititos.
El último cuarto muestra lo mejor, porque de la mano de una defensa cada vez más férrea los de calle Santa Fe se ponen a dos puntos y en el albinegro están cargados de faltas. “No tenemos más jugadores ¿sigue vigente lo de la regla de los tres cuartos?”. La respuesta es positiva y la cara de Soria lo dice todo. La presión de Estudiantes está dando sus frutos.
En el final, Liniers logra campear la situación y se lleva un partido muy peleado, que finaliza 79 a 74. Luciano Fortelli se acerca a la línea lateral mientras recupera el aliento. Ramallo le vuelve a soltar: “te dije” y el base asiente con la cabeza: “Arrancamos muy bien, pero después nos quedamos sin piernas, a ellos se le abrió el aro, y a nosotros nos costó atacarlos. Al final terminó siendo un partido parejo hasta el último minuto. La verdad que tienen un muy buen equipo y habla de lo parejo de este torneo”, comenta el ex San Lorenzo del Sud
La segunda pregunta cae de maduro ante su primera experiencia en el Maxibásquet: “Es muy intenso, con muy buenos jugadores. Están todos retirados, pero son excelentes jugando a esto. Además se mantienen en actividad y eso conformó un torneo parejo. Los partidos son dinámicos y fuertes”.
En el receso del partido, Alejandro Ramallo explica cómo vive dirigir este tipo de competencias:
“A mi particularmente me gusta, porque son jugadores muy cercanos a la generación cuando yo comencé a arbitrar. Hay chicos que los vengo dirigiendo desde mini y hay mucho respeto entre nosotros, en cierta forma vengo a divertirme, aunque con la seriedad que arbitro en liga nacional o en cualquier lado. Tengo un plus porque los conozco a todo de toda la vida y hay un respeto mutuo muy grande, una vez que la pelota va al aire sé que quieren ganar y que vienen acá a competir”.
Estrella vs Alem es el segundo encuentro de la jornada y Oscar Avio discute sobre cuestiones tácticas con el Chino Trellini. El conjunto del barrio San Martín viene puntero junto con el rival de esta tarde y no hay que dejar detalle librado al azar.
El partido empieza trabado, pero sólo durante los primeros minutos. Promediando el cuarto, Estrella impone su jerarquía y exhibe, por momentos, un básquet de alto vuelo.
El Gallego Rodríguez demuestra que no sólo sabe de básquet cuando escribe, sino también dentro del rectángulo de juego: corta línea de pase, se anticipa a la jugada, roba un balón y en el mismo movimiento asiste a Trellini de faja, despertando el “wowwww” de la tribuna. En el banco de suplentes se rompen las manos. Agullo me dice: “el Gallego era de los mejores de su camada”.
El nivel de acierto de Grill asusta y Estrella empieza a buscarlo con insistencia. Avio parece un nene con chiche nuevo, se le ve en la cara el disfrute. Mientras tanto, Grill sigue haciendo lo suyo: vuelve a anotar mientras su compañero, oportuno, lo destaca: “la quintita de Grill… toda la noche”.
El partido está quebrado, Alem no encuentra la manera de llegar al aro y reducir el marcador, la desventaja es de 20 y todo parece indicar que no habrá cambios en el resultado final.
Avio replica en el Maxibásquet su amor por Estrella
Oscar, sos un histórico de Estrella y ahora coronas tu carrera con el Maxibásquet. ¿Qué sensaciones tenés de la competencia?
– Si, hace tiempo que estamos con el equipo, es una manera de que todos los jugadores que estuvieron en el club sigan vinculados con él y es más que nada una excusa para disputar el deporte que amamos.
– El Maxibásquet parece una excusa para encontrarse con los compañeros de toda una generación vinculada al básquet. ¿No te parece?
-“A medida que pasa el tiempo nos vamos encontrando cada vez más con gente de la generación nuestra así que está muy bueno. Cuesta que las generaciones queden vinculadas a los clubes por edades, porque muchos pierden el contacto por cuestiones de la vida, pero a medida que nos vamos encontrando por la calle o en otro ámbito volvemos a reunirnos y está es la excusa perfecta para juntarse, divertirse y encontrar ese lugar en común que es y fue el club”.
-¿Cómo notás vos que llevás más tiempo el nivel de la liga?
-Este año ha crecido mucho, algunos jugadores están dejando la LAB para venir a jugar a este torneo y eso lo vuelve mucho más competitivo y entretenido. Siguen vigentes muchos de los que estaban antes con más edad y que tienen la posibilidad de jugar en la categoría siguiente (+45), pero son muy talentosos y le sobra para jugar ésta (+35). Más allá de esto, la venida de jugadores más jóvenes vuelve más competitivo el torneo.
–Con el triunfo de hoy quedan solos en la punta ¿Cuál es el objetivo?
– El plan es divertirnos, jugar entre todos, pero obviamente que sí, queremos ser campeones porque el referente de este torneo era Liniers y para poder desbancarlo había que armar un equipo competitivo con gente más joven y con un plantel más largo que te posibilita tener más recambio. Hemos podido sacar diferencias claras con otros equipos.
– ¿Qué significa para vos venir acá un primero de mayo a jugar con tus amigos representando a tu club de toda la vida?
– Te cambia la semana, porque uno sabe que viene acá al Maxibásquet a encontrarse con sus amigos, con sus conocidos y lo tomás de otra manera a cuando jugabas en primera, por la responsabilidad de la competencia, los entrenamientos… Esto es distinto porque te programás para venir a divertirte, aunque sin dejar de tomarlo en serio como todos lo tomamos.
La jornada especial del primero de mayo continua, pero me tengo que ir a procesar lo vivido en esta tarde de básquet. Una más como casi siempre en la capital del básquet, donde no importa la edad que tengas, la pasión es la misma.