Hoy Bahía Blanca cumple 191 años. En su historia, el básquet no es un detalle más que hace a la ciudad, sino que uno de los estandartes que la caracterizan y enaltecen a nivel internacional. La impronta del deporte, su actual proyección y una catarata de hechos a lo largo de los años, la convirtieron en la Capital Nacional del Básquet. La lista sería eterna, pero en esta nota reflejaremos algunos de los porqué nuestra ciudad lleva este apodo dentro de la ley.
Es claro que dos trilogías marcaron a fuego la historia del básquetbol bahiense. Si por seis nombres se debe comenzar, la memoria no falla: Cabrera-Fruet-De Lizaso y Montecchia-Sánchez-Ginóbili. Para que no haya dudas, dos épocas diferentes se impusieron en el deporte a nivel nacional, con apellidos que hicieron eco en todo el mundo. No hay mucho más para agregar, el resto lo sabemos. Son nuestro símbolo.
Si bien los hitos fueron marcando la importancia de la naranja en la ciudad, quizás el triunfo de la Selección de Bahía Blanca sobre Yugoslavia en 1975 (amistoso tras ser campeón del mundo), gestó el respeto de todos. Esa victoria por 78 a 75 con presencia de Cabrera y De Lizaso fue, definitivamente, un antes y un después.
Previo a ese juego consagratorio, el Osvaldo Casanova ya lucía su techo (1959) y primer piso de parquet (1967). Es el máximo templo local, en el que Estudiantes hizo su primera presentación en Liga Nacional (1985). También Pacífico y Olimpo fueron protagonistas y pioneros de la competencia.
En ese lapso, surgieron los primeros jugadores de renombre del actual campeonato madre de Argentina. Marcelo Richotti (Pacífico), Ariel Scolari (Olimpo) y el Loco Montenegro (Estudiantes) brillaron en aquellos primeros equipos.
Esa década del ’80 fue un nuevo estallido de Bahía Blanca en el ámbito nacional. Surgieron decenas de jugadores que hacían la diferencia en sus equipos con total facilidad. Y entre ellos, apareció un tirador que quemaba las redes con los ojos cerrados, Juan Espil. Primero Estudiantes, después un pequeño recorrido por nuestro territorio (Gimnasia y Atenas), España e Italia, para el glorioso regreso al club que le otorgó el salto profesional. Juan fue un tirador nato, que también sabía volar su bandeja cuando jugadores como Jordan lo querían tapar.
Hacia lo contemporáneo, la segunda trilogía hizo estragos. Manu Ginóbili, Alejandro Montecchia y Pepe Sánchez rompieron con los esquemas de lo tradicional (como ya se había hecho) y pusieron a la ciudad en lo más alto. Estos tres bahienses corrieron la cancha para que Emanuel encestará volando y Argentina ganara el primer partido de ocho, que los llevaron a colgarse la medalla dorada en Atenas 2004.
Pero no fueron los únicos. Claro está que Pancho Jasen también tuvo su lugar de renombre, siendo parte de la selección nacional y con una carrera que lo convirtió en ícono de clubes como Leandro N. Alem y Estudiantes de Madrid.
Y dentro de esas dos décadas, más bien 22 años, Emanuel David Ginóbili se encargó de ser el mejor deportista en la historia de Bahía Blanca. Manu se coronó, entre tantas otras cosas, Campeón de Euroliga, Liga Italiana, Copa de Italia y NBA. Aunque seguramente, sus títulos más representativos fueron con Argentina: oro en Atenas 2004, subcampeón en Indianápolis 2002 y bronce en Beijin 2008. Y todavía con terreno para conquistar, está camino a ser parte del Hall of Fame NBA, tras el retiro de su camiseta en San Antonio Spurs.
La lista no termina acá. El básquet bahiense no se hace solo de jugadores, sino también de entrenadores. Con la memoria actual, se destacan Sergio Hernández, Huevo Sánchez, Che García, Pablo Coleffi, Marcelo Richotti, Sebastián Ginóbili, José Luis Pisani y el Z Rodríguez. Personajes que formaron a las grandes estrellas y hasta hoy generan un antes y después en la carrera profesional de cualquier jugador que dirijan.
Hoy en día, nuestros representantes siguen brillando, las páginas de este libro nunca dejarán de escribirse.
A los clubes 9 de Julio, Alem, Argentino, Bahiense del Norte, Barracas, Comercial, Estrella, Estudiantes, Independiente, La Falda, Liniers, El Nacional, Napostá, Olimpo, Bahía Basket, Duba, San Lorenzo, Pacífico, Pueyrredón, Sportivo, Whitense, Velocidad y Villa Mitre; gracias por hacer, de Bahía Blanca, la Capital Nacional del Básquet.
FUIMOS, SOMOS Y SEREMOS HISTORIA