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El recuerdo de Brusa, inmortalizado en su rincón de la ABB

Bill Américo Brusa

Un 30 de noviembre de 1999 se entronizó en la ABB la urna que contiene las cenizas del mítico Bill Américo “El Lungo” José Brusa, personaje que trascendió el deporte de la pelota naranja convirtiéndose en un símbolo de la cultura de la ciudad, y que hoy cumpliría 99 años.

El homenaje se llevó a cabo luego del primer aniversario de su fallecimiento, en el rincón de las oficinas de la Asociación Bahiense de Básquet denominado “El rincón del Lungo” donde acompañan a su urna distintas fotos y reconocimientos.

Bil Américo Brusa

Timonel de aquellos equipos bahienses que dominaron la década del 60 y 70 con Cabrera, Fruet y De Lizaso. Multiple campeón argentino con Provincia de Buenos Aires. Lideró a la selección de Bahía en el histórico triunfo ante la selección de Yugoslavia.

“Por lo que termino de señalar, y porque se trata nada menos que del campeón del mundo, no caben falsos optimismos… Sin embargo, conociendo a los nuestros, capaz que, en una de esas, los europeos se llevan un susto” anticipó Brusa en la previa de aquel memorable partido.

Además, sus cenizas también fueron repartidas en la localidad de Coronel Dorrego, ciudad en la que nació, y en el club Ateneo de Punta Alta.

Bill Américo Brusa, por Helen Serruya

En un articulo publicado el 2 de febrero de 1997, luego de ser homenajeado en el Norberto Tomás, la gran Helen Serruya, redactora del diario La Nueva Provincia, escribió para el medio:

“Bill Américo Brusa, el “Lungo” para un sinfín de gente, es casi un personaje de ficción, con su estilo entre campechano e irónico, con sus pasiones sencillas y directas, con esa capacidad – casi increíble en estos tiempos – de haber permanecido fiel a sus ideales, sin importar lo que viniera.

Hace poco tiempo, en el estadio Norberto Tomás, del club Olimpo, se le rindió un multitudinario homenaje, al cumplir nada menos que 60 años de vinculación al básquetbol.

Bil Américo Brusa

Dorreguense de origen, llegó a nuestra ciudad muy joven con su familia, porque “teníamos que hacer estudiar a la Coca”, una de sus hermanas. A los 16 años, ya había comenzado a jugar al básquetbol. “Cuando llegué, me fichen Olimpo, pero el club estaba desafiliado de ese deporte, y entonces me fui a Juventud Unida, el club de toda mi vida, hasta que concluyeron sus actividades. Tenía la sede en España 151” memora.

Su carrera como basquebolista pasó por todas las instancias de un deporte que en esta ciudad tiene una fuerza que lo proyectó al país.

Fue jugador de primera, integró los combinados, fue juez y entrenador de la selección local y del equipo bonaerense, que ganó el campeonato argentino en su período de esplendor.

“Pocos pueden ostentar semejante trayectoria con un desprendimiento y entrega como las de Brusa. Siempre puso sentimiento en estas cosas tan caras a su forma de pensar, olvidándose sistemáticamente de lo puramente material. Desgrana, casi con unción, nombres vinculados con la Asociación Bahiense de Básquetbol, entre ellos de don Abel A. Bournaud, Pablo B.Serrat – que cambió el doble por el gol, acota irónico -, Teobaldo Petracci y Rubén Rábano, cuatro de los presidentes de la entidad cuya labor fue decisiva – en tiempos y épocas – para vigorizar la institución, según su óptica.

El cine argentino y el tango son, también, pasiones confesas de Bill Américo Brusa y, a lo largo del tiempo, lo ha patentizado a través de programas que contaron con la adhesión de la audiencia (…)

Realizó ciclos inolvidables con Segundo Fernández y José Alberto Fort, como “Así son los clubes de mi ciudad”, “Fotocenas deportivas”, «Juicios orales del deporte”, entre otros y con su creación y conducción exclusiva, la radio tuvo “Noches de cine nacional”, “Hablando de tangos” y “La peña de Brusa”.

Bil Américo Brusa

Siempre lo cautivaron los creadores, músicos y poetas el tango, con algunos de los cuales buscó el contacto amistoso, que hoy es parte de sus memorias. Lo mismo sucedió con el cine, cuando las embajadas llegaban a Bahía Blanca para los preestrenos y era posible entrevistar o deslumbrarse con grandes actrices y actores.

Sobre los amigos define que son: “los que alientas mis esperanzas y comparten mis sueños. Soy un solitario lleno de amigos”.

En cuanto al básquetbol, expresa que “se jugaba con pasión y corazón, ahora se juega por dólares. Nadie puede negar el progreso y el esplendor que tiene hoy, pero a mí me acapara aquel de antes, que era algo así como la emoción que uno tiene al esperar la Navidad y el Año Nuevo”.

Su fidelidad a su pensamiento, se resume en el cuarto donde habitan sus preciados tesoros, como diplomas, recuerdos y galardones sencillamente enmarcados, que son el elocuente reflejo de un terco soñador.

Luego de atender a una decena de gatos, que son dueños del bulín, incluida una gata que ha tenido sus crías recientemente, vuelve a memorar al básquetbol local.

Se le ilumina al mencionar a Fruet, Cabrera, De Lizaso, Cortondo y es casi imposible no evocar aquellas imágenes de otros años, cuando los estadios vibraban de puro entusiasmo y ellos ganaban trofeos en todo el país para la provincia o para la ciudad.

Bil Américo Brusa

A la última camada, la designa cariñosamente como “los malvados de Yuma”, inevitable cita relativa al cine, que como el tango y el básquetbol nutrieron su vida y su vocabulario cotidiano, y la detalla así: “Tito Santini, Daniel y Marcelo Allende, ¨Pichi´González, Juan Carlos Merlini, Jorge Faggiano. Son como mis hijos(…) pude haber sido el primer profesional en esto. Pude tener de todo y a estas alturas de mi vida ni siquiera poseo los electrodomésticos que demanda el consumismo de moda. Pero soy feliz, me gusta más ir a Coronel Dorrego que a Miami, pese a que conozco 35 países gracias al básquetbol. ¿Qué más puedo pedir?”

Ha recibido múltiples homenajes, por suerte en vida, desde designar con su nombre el 53º Torneo Provincial de Básquetbol, nombrarlo Benemérito ilustre de Bahía Blanca, Símbolo del básquet de la provincia de Buenos Aires y Diploma de Honor de la Agrupación Día del Amigo.

En el curso de un homenaje que se le hizo en el estadio Norberto Tomás, recibió 35 plaquetas y otros motivos de adhesión afecto de todo el ámbito de clubes e instituciones deportivas.

El básquetbol es, sin duda, uno de los factores esenciales de su vida, pero la radio, el cine y el tango son, también, parte de sus quimeras y sus amores.

En 1949, comenzó su entrañable vinculación con LU3 Radio del Sur, por entonces filial de Radio Splendid, de Buenos Aires, donde como dice recordando una letra de tango, cosechó “un puñado de amigos”.

Bil Américo Brusa

Antes, en 1946, había intentado la utopía de la Capital Federal y mientras pintaba autos en un taller, bebía las noches porteñas de la calle Corrientes, carteleras deslumbrantes, teatro, cines y el contacto con las grandes figuras de esa década de oro, para Buenos Aires y para la “calle que nunca duerme”

“Yo quería abarcarlo todo, soñaba con ser actor, músico, director… que se yo, era una ilusión enorme, aquello tenía un atractivo único.”, recuerda.

De vuelta en Bahía Blanca escribió en la revista “Sport”, que dirigía Paco Cabeza y poco después Pablo B. Serrat, lo incorporó al plantel de LU3 Radio del Sur. Estuvo a cargo de la discoteca catorce años, pero en realidad “El Lungo”, fue una especie de hombre orquesta ocupado de solucionar los pequeños y no tanto problemas cotidianos

Los días se acumularon en años, en recuerdos, en experiencias, que le han dejado el cálido regusto de largas e incondicionales amistades. El sigue siendo, con más años y dolores, el mismo. El que llegó con sus sueños a cuestas desde Coronel Dorrego».

Firma: Esther «Helen» Serruya, La Nueva Provincia.

 

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